Como futuros profesionales de la salud estamos en la obligación de
diagnosticar el maltrato infantil en los pacientes que acudan a nuestras consultas,
por medio de golpes, fracturas dentales, petequias, desgarre en el frenillo
lingual o vestibular para así poderle una mejor calidad de vida.
Existe el maltrato psicológico, físico, emocional puede
ser detectado por el odontólogo porque es uno de los primeros médicos que los
padres acuden con el niño.
Los niños que han sufrido abuso o negligencia existen
normalmente un retraso o detención de su proceso normal de desarrollo por lo
cual nosotros como odontólogos estamos en el deber de descubrir este tipo de
anomalías.
Algunos ejemplos de niños con maltrato son: el bajo
rendimiento escolar, dificultad de concentración, depresión constate, conductas
autoagresivas, actitud evasiva o defensiva antes los adultos.
Los profesionales de la salud bucal deben de estar
alertas a los posibles signos y síntomas que pueden aparecer en la cavidad oral
de un niño que ha sido maltratado como son: petequias en el paladar, desgarre
del frenillo lingual o vestibular.
Todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a
trastornos conductuales, emocionales, sociales y esto va a depender de las
frecuencia del maltrato, intensidad, relación del niño con el agresor, acceso a
los servicios de ayuda médica.
Los signos más
frecuentes que detecta el odontólogo en la consulta seria: lesiones cutáneas,
quemaduras, mordeduras y lesiones en la cavidad oral.
El control del dolor puede llegar a mejorar la
relación entre odontólogo-paciente y así fomentar la confianza, disminuir el
miedo y mejorar las futuras visitas
odontológicas.
Los padres ejercen una influencia significativa
en el comportamiento de sus hijos,
especialmente si tuvieron malas experiencias
dentales.
El
odontólogo debe explicar los riesgos y beneficios de los tratamientos suspendidos
o alternativa clara, y el consentimiento informado debe ser firmado
por los padres.
El odontólogo deben registrar el comportamiento del paciente en cada visita.
Esto servirá como una documentación de
comportamiento en el pasado y la ayuda
en el diagnóstico para futuras visitas.
Los niños perciben y reaccionan a los estímulos dolorosos de forma diferente
el uno del otro. Los niños menores de
4 años de edad son más sensibles a los estímulos dolorosos y no son capaces de comunicarse, así como los niños
mayores y adolescentes.
Observar el comportamiento y escuchar
a los niños durante el tratamiento son esenciales en cualquier evaluación del dolor.
Las expresiones faciales, el llanto, queja,
y el movimiento del cuerpo son importantes en los criterios de diagnóstico.
Entre los principales factores que contribuyen a la escasa cooperación pueden incluir los temores de transmisión de los padres, una experiencia
previa dental o médico desagradable
o dolorosa y las prácticas disfuncionales
de crianza.
La urgencia de las necesidades dentales del niño deben
ser considerados cuando se planifica el
tratamiento.
Los padres ejercen una influencia
significativa sobre el comportamiento de sus hijos. Educar a los
padres antes de la visita de su
hijo puede ser de ayuda y
promover una experiencia dental positiva.
Este cuadro nos demuestra sobre la escala del dolor en niños.
Bibliografia:
Ferro, T. Maria J. Implicaciones Psicologicas
del paciente odontológico con maltrato infantil. Rev Latinoamericana de
Ortodoncia y Odontopediatria.Universidad Central de Venezuela,
2010.